lunes, 25 de marzo de 2013

Debate : ¿Judith Butler o Lévinas traicionado ? - 1era parte





El 13 de marzo del 2013 Bruno Chaouat, académico especialista en estudios judaicos, realiza una crítica del último libro de Judith Butler "Parting Ways: Jewishness and the Critique of Zionism" (aún no traducido al español) en el blog Désordres Philosophiques del periódico francés Le Monde.

La crítica de Chaouat se centra en la utilización que Butler haría de Emmanuel Lévinas para construir una posición en contra de Israel.


A continuación le presentamos el texto integral traducido por primera vez al español:



Debate : ¿Judith Butler o Lévinas traicionado ?


En este post, el bloguero invitado Bruno Chaouat académico en los Estados Unidos critica en francés e inglés el último libro de la filósofa Judith Butler dedicado al sionismo y el judaísmo. Judith Butler, filósofa americana, profesora de literatura comparada en una universidad de California en Berkeley, es una “figura de proa” en los estudios de género (que analizan la cultura bajo el ángulo de la diferencia sexual). Por otra parte, sostiene una posición pro-palestina sobre el conflicto del Medio Oriente, reivindicando su judicidad. Recientemente una polémica emanada de la comunidad judía alemana ha rodeado la entrega del premio Adorno a Butler, el 11 de septiembre del 2012 en Frankfurt (Alemania). En la tribuna presentada a continuación, Bruno Chaouat, un académico francés, académico en Estados Unidos reflexiona sobre la lectura que Judith Butler lleva a cabo de la filosofía de Emmanuel Lévinas en su última obra aún no traducida al francés. Una tribuna que convocará, esperamos, una (o muchas) repuestas.



Judith Butler y su crítica a la razón sionista.


La filósofa americana Judith Butler, conocida por sus polémicos trabajos sobre la teoría de género (El Género en Disputa), doctor honoris causa de la Universidad Paris 7, recientemente dedicó una recopilación de textos de una ardiente  actualidad sobre la identidad judía y el sionismo (Parting Ways : Jewishness and the Critique of Zionism, Columbia University Press, 2012, que se podría traducir Cada uno por su lado: Judicidad y la Crítica del Sionismo). Este libro continúa el debate entre la filósofa y el presidente de la Universidad de Havard, Lawrence Summers, sobre el tema de la campaña de boicot de Israel. La académica americana ya había sufrido las implicaciones de ese debate en su libro anterior, Precarious Life. Desde la publicación de su último libro, Butler intenta calmar las acusaciones de “auto-odio judío”, e incluso de antisemitismo, que se multiplican desde su abierta posición pública a favor de la campaña de boicot de Israel y de un Estado Binacional.

Parting Ways por una parte relata el conflicto interno entre la autora y su identidad judíay la existencia del Estado de Israel, entre una ética de la judicidad (distinta al judaísmo) y una aberración geopolítica basada en la soberanía judía sobre Palestina. De manera más profunda, la tesis de Butler es que la judicidad, identidad que ella define como deconstrucción de la identidad, y por consecuencia  de sí misma, tiene una función crítica en relación al sionismo, el cual define como una desviación identitaria en relación a una judicidad ideal, más allá de la identidad. Para construir ese “Ideal de ego judío”, que es una deconstrucción de la identidad, el esencialismo y cualquier determinante genealógico, Butler se apoya sobre una constelación de pensadores de la judicidad europea: Martin Buber (convocado, sobre todo, para sus posiciones en favor de un estado Binacional), Emmanuel Lévinas, Walter Benjamin, y Hannah Arendt, entre otros.


Por otra parte, Butler invoca en su crítica al teórico del orientalismo, Edward Saïd, especialmente  su último libro, Freud and the Non-European. Texto donde Saïd inscribe al último Freud, ese del Moisés y la Religión Monoteísta, en la causa palestina. La tesis de Saïd, y que Butler expone al borde de la admiración, es que si la última idea de Freud fue exponer que Moisés fue un Egipcio, un extranjero,  significaría que la identidad  judía se fisura desde su comienzo



Una palabra aberrante.


Esas contorciones teóricas y conceptuales no serían nada más que un fastidioso reciclaje de evidencias de la deconstrucción y del posmodernismo cliché, si no fuera porque Butler, en su apasionado antisionismo, comete un error con respecto a las dos éticas  hermenéuticas en su investigación académica. En efecto,  en las páginas dedicadas a Lévinas, la filósofa trata de reconciliar la fidelidad de éste con Israel con su ética del Otro y resolver su propia disonancia cognitiva:¿La hospitalidad infinita - el mandamiento "No matarás", que se lee en el rostro del otro hombre- pueden ser compatibles con la política, y especialmente con los “crímenes” de Israel, la  masacre de Sabra y Chatila, en 1982?. Se pregunta Butler.


La pregunta es legítima,  se le preguntó lo mismo  a Lévinas en una entrevista radiofónica realizada por Shlomo Malka y Alain Finkielkraut en una radio comunitaria judía en Francia al día siguiente de los eventos de Sabra et Chatila. Butler hace referencia a la transcripción de esta grabación para ajustar cuentas con el Lévinas “malvado”, el Lévinas sionista (“identitario”, “particularista” o “trival”), en contraposición al Lévinas “bueno”, filósofo de la alteridad y de la  responsabilidad ilimitada por el otro, que encarna ese ideal del yo judío butleriano.


Para establecer esta equivalencia entre sionismo y racismo colonial, piedra angular de su argumento, Butler hace decir a Lévinas lo que jamás dijo, al menos en la entrevista a la que ella remite al lector (nota 24, p. 227, y p. 39), a saber que los Palestinos no tienen “rostro” (“faceles”, palabra que ella pone entre comillas, lo que sugiere que es de Lévinas).  Ese pronunciamiento constituiría una transgresión grave contra el insondable edificio ético construido por Lévinas a partir del final de la Segunda Guerra Mundial hasta su muerte. Pero en ninguna parte Butler se refiere a la fuente -ya sea en el original en francés ("Israel: éthique et politique,“ Les Nouveaux Cahiers, 71 [1982-83]: 1-8) o en la traducción al inglés realizada por el experto en Lévinas Seán Hand- donde no aparece la palabra –“sin rostro” [“faceless”] (ver The Lévinas Reader, A Critical Edition, Oxford, Blackwell Publishers 1989, 289).


La inferencia lógica, en la que se basa explícitamente Butler, sería si el rostro del otro hombre mandado a no matar tendría  el derecho de matar a los Palestinos, como Butler le hace decir a Lévinas seres "sin rostro”. Si Lévinas hubiese dicho esto, sería evidencia de una complicidad estructural entre el sionismo y el racismo colonial, mucho peor. Los lectores y seguidores de Lévinas a ambos lados del Atlántico y los investigadores siguen preocupados por la autenticidad de las fuentes, tienen derecho a exigir una rendición de cuentas y demandar  a Judith Butler y a su prestigiosa editorial (Columbia University Press) suministrar las pruebas de que Lévinas nunca ha dicho una palabra tan aberrante como "los palestinos no tienen rostro".


Es irónico que la entrevista de Shlomo Malka y Finkielkraut se cerrara con un comentario talmúdico por parte de Lévinas, donde éste último se refiere a un versículo de Números que sugiere que es más grave calumniar a un ser humano que calumniar a la Tierra Santa. Judith Butler se habría beneficiado de la lectura al pie de letra de esta entrevista sobre Sabra y Shatila, que ha inventar lo que pensaba de su espíritu.


Versión original (en francés e inglés)

Traducción: Paloma Ahumada R.



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